MAMÁ FELIZ, NIÑO FELIZ
Sabemos que ser madre es uno de los papeles más importantes que como mujer podemos desempeñar. Jugando un rol en la vida de nuestros hijos, que amerita todo nuestro compromiso; ya sea cuidándolos, amándolos, enseñándoles y guiándoles en lo que consideramos correcto. Entendiendo que la forma en la que se desarrolla un niño puede atribuirse en gran medida al estilo de crianza de nosotros como padres. Entonces, ¿cómo podemos nosotras las madres estar bien para que nuestros hijos también lo estén?
Primero; entender que es tiempo de brindarnos mucho amor propio y aceptación. ¡Si! el amor propio es una parte importante de ser madre; cuando practicamos el amor propio, nos llenamos de mucha energía que podemos compartir con nuestros hijos y familia. Además, es un aprendizaje mutuo, mostrando aceptación personal le podremos enseñar a nuestros hijos a quererse y aceptarse de igual manera. Y ese sin duda, es el regalo más grande que le podemos dar a cualquier niño, porque es la clave para una vida feliz y plena; y coincidimos en que… todos queremos hijos felices, ¿no es así?
Segundo, aprendamos a amarnos tal cual somos. Piénsalo así, si me amo a mi misma, y aprendo a perdonar e incluso valorar mis debilidades, mi hijo(s) verá esa autenticidad, y esa seguridad. Se sentirá también empoderado, y ayudarás a generar fortalezas y autoestima en él. Un buen ejercicio para fortalecer ese amor propio es empezar agradeciendo. Agradecer lo que tienes, lo que eres; amar esas pequeñas cosas en tu vida que forman parte de ese día a día, es una manera de recordar y tener presente todas esas bendiciones que hay a nuestro alrededor y a veces obviamos. Se trata de tomarnos el tiempo de ser amable y agradecida no solo con el resto, si no con nosotras mismas. Esto nos abre una puerta de amor propio que no debemos cerrar.
Tercero, el bienestar emocional también debe ser nuestra prioridad. ¡Si! Seguimos siendo mujeres además de ser madres, ¡aunque a veces se nos olvide! Debemos hallar la manera de mantenernos presente, así como realizar meditación, buscando paz, o hablando con nuestras amistades para despejar la mente, conectar nuevamente, y que esos momentos conscientes transformen nuestra vida. Sé que es fácil decirlo, pero necesitamos hacer una pausa, respirar profundamente, sentir nuestro cuerpo y la experiencia. Verás cómo te iras sintiendo más plena y en paz.
Debemos tener presente que la primera infancia es un período en el que, desde el punto de vista del desarrollo, un niño está aprendiendo mucho de su entorno. Imita y adquiere comportamientos de las personas que lo rodean. Por lo tanto, estar bien es muy importante para ti y sobre todo tu niño. Recuerda que hay muchas maneras de estar bien y de que tu pequeño también lo esté, solo es cuestión de trabajarlo y tener paciencia.